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6 tipos de trastornos emocionales y sus tratamientos

Depresión, trastorno bipolar, trastorno afectivo estacional… ¿Sabías que hay diferentes tipos de trastornos del estado de ánimo y que algunos de ellos afectan a un sector muy concreto de la población? ¡Te lo explicamos!

Nada es tan normal como tener, de vez en cuando, un mal día, sentirte algo apesadumbrado y con la motivación por los suelos. El ánimo fluctúa y es frecuente pasar épocas de mayor entusiasmo y otras en las que lo ves todo gris. Ahora bien, es importante diferenciar esos estados temporales y no patológicos de los diferentes tipos de trastornos emocionales.

La depresión mayor o el trastorno bipolar, por ejemplo, son afecciones persistentes de elevado sufrimiento psicológico. No son malestares que, tal y como vienen, se van al poco tiempo. Por ello, siempre es interesante conocer estas realidades clínicas para tenerlas en cuenta y saber, en qué momento, es recomendable contactar con un especialista. Descúbrelo en esta lectura.

La alegría y el dolor no son como el aceite y el agua, sino que coexisten.

~ José Saramago (Ensayo sobre la ceguera) ~

Características de los diferentes tipos de trastornos emocionales

Los diferentes tipos de trastornos emocionales son las condiciones psicológicas más prevalentes entre la población. Por lo general, afectan a la regulación, la expresión y la experiencia emocional de una persona. Es como quedar anclado en los extremos de estas dimensiones psicofísicas y no poder salir de la apatía que bloquea o de la desesperanza que todo lo nubla.

Cabe señalar que el número de trastornos de ansiedad y depresiones —las condiciones más habituales de esta categoría clínica— se han elevado de forma llamativa en los últimos años. De hecho, la revista The Lancet publicó una investigación que explica que este incremento fue más significativo a raíz de la pandemia.

Asimismo, estas realidades pueden manifestarse en una variedad de formas y tener un impacto significativo en la vida cotidiana A continuación, te describimos cada una de estas categorías clínicas basándonos en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-V).

1. El trastorno depresivo mayor

Hay diferentes tipos de depresión, sin embargo, la más severa y, también, la más diagnosticada, es el trastorno depresivo mayor. En un trabajo publicado por Frontiers in Psychology, resaltan su gran impacto psicosocial. La persona sufre desesperanza, falta de motivación, incapacidad para sentir placer, una cognición dominada por la negatividad e ideación suicida.

No obstante, este tipo de trastorno se acompaña también por una amplia sintomatología física, como por ejemplo, agotamiento, alteraciones en el sueño y la alimentación, entre otros. Solicitar ayuda experta en cuanto antes es esencial en estos casos.

2. Trastorno depresivo persistente (distimia)

Es posible que, en lugar de trastorno depresivo persistente, te suene más el término «distimia». Es una condición un poco más leve que la depresión mayor, pero no por ello resulta menos aniquilante. Puede manifestarse durante un par de meses y, luego, desaparecer. Sin embargo, su particularidad reside en que es crónica y reaparece cada año o cada dos años.

Se acompaña de sentimientos de vacío, de irritabilidad, problemas de concentración, dificultad para tomar decisiones, entre otros síntomas. Es importante, además, que tengas en cuenta algunos detalles. No es fácil de diagnosticar, debido a su nosología episódica, y, en muchos casos, puede terminar en una depresión mayor. Ello explica la importancia de una detección temprana.

3. El trastorno bipolar

Seguro que has oído hablar de esta condición o conoces a alguien que la padece. Se trata de una afección grave que presenta numerosos desafíos clínicos. En el trastorno bipolar la persona sufre períodos de depresión que se alternan con épocas de manía o estado de ánimo elevado. El desgaste social y personal es inmenso.

Como se plantea en un artículo de International Journal of Bipolar Disordersmuchas veces los diagnósticos llegan tarde y, si hay algo que necesitan los pacientes, son tratamientos individualizados. Asimismo, es útil destacar que existen diferentes tipos de trastorno bipolar. Te los describimos.

  • Trastorno bipolar tipo I: en esta variante el paciente experimenta, al menos, un episodio maníaco. Cabe señalar que los episodios maníacos son períodos de elevado estado de ánimo, pensamientos acelerados, gran energía y comportamiento impulsivo. También puede haber episodios de depresión severos que requieren de hospitalización.
  • Trastorno bipolar tipo II: en este tipo se sufren episodios depresivos e hipomaníacos. Estos últimos son situaciones menos graves que las experiencias maníacas, pero que evidencian conductas impulsivas que deterioran la vida del individuo.
  • Trastorno ciclotímico: los pacientes con este cuadro clínico experimentan ciclos de síntomas hipomaníacos y depresivos que no cumplen con los criterios para ser considerados como episodios completos. Es cierto que son menos graves, pero el problema está en que pueden alargarse mucho en el tiempo.
  • Trastorno bipolar inducido por sustancias/medicamentos: en efecto, esta categoría describe esos casos en que, debido al consumo de drogas, alcohol o algunos fármacos, puede aparecer una sintomatología similar al trastorno bipolar.

Según datos de la OMS, el tipo de trastorno emocional más común es la depresión. Se estima que al menos el 5 % de la población la padece y que, en promedio, es más frecuente en las mujeres. El origen de estas condiciones es complejo y pueden incluir desde factores genéticos, contextuales y experienciales hasta falta de habilidades de afrontamiento.

4. Trastorno afectivo-estacional

¿Alguna vez has experimentado un gran desánimo, apatía y agotamiento al pasar del otoño al invierno o de la primavera al verano? En el trastorno afectivo-estacional puedes experimentar los mismos síntomas que en la depresión mayor. La diferencia reside en que, a medida que te adaptes a la nueva estación, esa sintomatología desaparecerá.

Por otro lado, tal y como se detalla en Depression Research and Treatment, el trastorno afectivo estacional es más frecuente en mujeres con antecedentes familiares de depresión o trastorno bipolar. Además, el tratamiento en estos casi siempre se basa en antidepresivos, fototerapia y la vitamina D.

5. Trastorno de desregulación disruptiva del estado de ánimo

Este es uno de los tipos de trastornos emocionales más nuevos en aparecer en la última revisión del DSM-V. El trastorno de desregulación disruptiva se diagnostica en niños que demuestran una conducta muy irritable y desafiante. Los progenitores casi nunca comprenden por qué los pequeños reaccionan de forma tan irascible e incluso agresiva.

Cabe señalar que, en la actualidad, no se conocen con exactitud los desencadenantes. La intervención, por su parte, se orienta en la modificación de conducta basada en el enfoque cognitivo-conductual y, también, en la terapia familiar. Te destacamos, a su vez, que es frecuente la administración de fármacos.

6. Trastorno disfórico premenstrual

Labilidad o cambios en el estado de ánimo, ansiedad elevada, preocupación, sentimientos depresivos, alteraciones del sueño… El trastorno disfórico premenstrual cursa con un gran desgaste psicológico que afecta al funcionamiento cotidiano de la mujer.

Es útil indicar que no es como el clásico síndrome premenstrual, dado que, en este caso, a la sintomatología física se le añade la mental.

Este es uno de los tipos de trastornos emocionales que más se pasan por alto. Se asume que esas alteraciones son normales dentro del ciclo hormonal, pero lo cierto es que ahora sabemos que no es así. En un artículo de Faculty Reviews se indica que el origen estaría en un neuroesteroide derivado de la progesterona que se produce después de la ovulación. 

En la actualidad hay tratamientos farmacológicos bastante efectivos para mejorar la calidad de vida en estas afecciones.

¿Cómo se tratan los trastornos emocionales?

Los diferentes tipos de trastornos emocionales suelen presentar diversos abordajes. Lo prioritario en estos casos es atender las particularidades de cada paciente. Por otro lado, es frecuente que se combine la terapia psicológica con el enfoque farmacológico, algo importante en las personas que, por ejemplo, sufren trastorno bipolar.

A continuación, te detallamos los enfoques psicoterapéuticos más comunes, los cuales se basan en la evidencia científica y son, a día de hoy, los más utilizados en los escenarios clínicos especializados.

Terapia cognitivo-conductual (TCC)

Como se indica en un trabajo publicado por la revista Frontiers in Psychiatry, este modelo es el que más investigación acumula en cuanto a su efectividad. Permite identificar pensamientos negativos o distorsionados y reemplazarlos por enfoques mentales más realistas y saludables.

Asimismo, la terapia cognitivo conductual consigue modificar conductas problemáticas y ofrece a los pacientes herramientas para afrontar situaciones estresantes.

Terapia de aceptación y compromiso (ACT)

Esta terapia de tercera generación se enfoca en ayudar a las personas a aceptar la adversidad de la vida y clarificar sus valores y propósitos.

La terapia interpersonal y del ritmo social (IPSRT)

Consiste en ayudar al paciente a mantener un ritmo regular y saludable en su vida diaria. Esto implica cuidar del sueño, la alimentación, la actividad física, etc. Es un modelo útil para pacientes con trastorno bipolar, ya que es capaz de lograr la estabilización del estado de ánimo y reducir la gravedad de los síntomas emocionales. Además, les enseña a mejorar sus habilidades sociales.

Terapia de grupo

Participar en dinámicas de grupos terapéuticos puede proporcionar un gran apoyo y comprensión de sobre lo que le sucede a la persona. Asimismo, brinda la oportunidad de aprender nuevas habilidades sociales y emocionales.

Terapia farmacológica

Lo señalábamos hace un momento, en algunos casos, son necesarios los psicofármacos para estabilizar los síntomas. Esto es algo que deben consensuar los psiquiatras.

Los trastornos emocionales y la importancia de solicitar ayuda

Llegados a este punto, hay una idea con la que vale la pena quedarse: los diferentes tipos de trastornos emocionales aquí descritos conforman los problemas mentales que mayor incapacidad psicosocial generan. Poder detectarlos y actuar cuanto antes es clave para evitar un peor desarrollo de estas condiciones. Ten en cuenta que dichas realidades cursan muchas veces con la ideación suicida.

Por tanto, no dudes en solicitar ayuda especializada si evidencias los presentes síntomas. Si alguien de tu entorno está en alguna de estas situaciones, sugiérele dar este paso. Todos merecemos tener una buena calidad de vida y la terapia es la mejor estrategia para el cambio.

Valeria Sabater.