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Los ‘trabajadores con bajo rendimiento’ de Meta contraatacan en LinkedIn

Aestas alturas, se ha convertido en un cliché de las redes sociales: la publicación de un post en LinkedIn tras ser despedido. Excesivamente educado y torpemente optimista, el recién desempleado agradece a su antiguo empleador unos años estupendos y destaca todas las cosas buenas que hizo allí. Estoy deseando afrontar el próximo reto, escriben, añadiendo el hashtag #opentowork. Por favor, contactad conmigo si vuestra empresa está contratando. Cada vez que una gran empresa hace una ronda de recortes, veo aparecer algunos de estos posts en mi feed.

Pero, hace unos días, cuando Meta despidió a unos 4.000 trabajadores, me esperaba un silencio total. Mark Zuckerberg había anunciado que los recortes estaban destinados a deshacerse de los empleados con bajo rendimiento, cargándoles con el equivalente profesional de una letra escarlata. Me sentí fatal por ellos. Pensé que nadie querría llamar la atención sobre el hecho de que se les había tachado de estar por debajo de la media.

Me equivoqué.

En menos de un día, los empleados despedidos de Meta acudieron a LinkedIn no solo para anunciar que buscaban trabajo, sino para defenderse de la valoración que Zuckerberg hacía de su trabajo. Se trataba de una nueva versión del clásico post #opentowork, en el que se abandonaba la cortesía por un tono desafiante.

«No soy un trabajador de bajo rendimiento«, escribió un manager de contenidos. «Soy un trabajador que prospera en un trabajo que me apasiona». Un diseñador de productos afirmó: «Esa etiqueta es engañosa y, para muchos de nosotros, es totalmente errónea». Una abogada —que se burlaba de lo que llamaba «la nueva energía masculina de Zuckerberg»— se ofreció a proporcionar los datos: «No soy una trabajadora de bajo rendimiento. Tengo las evaluaciones que lo demuestran, y un sinfín de compañeros y jefes pueden dar fe de mi trabajo». Un científico de datos incluso subió capturas de pantalla de sus elogiosas evaluaciones de rendimiento, que indicaban que habitualmente «superaba las expectativas» y «superaba con creces las expectativas».

Esto es algo que no habíamos visto antes en el mundo profesional: empleados que se defienden en público y denuncian a su antiguo empleador por desprestigiar su trabajo. Cuando LinkedIn introdujo la función #opentowork durante los primeros días de la pandemia, era difícil conseguir que la gente anunciara que había sido despedida. En el pasado, la gente solía mantener su despido en privado, temiendo que el estigma les impidiera conseguir otro empleo.

Eso empezó a cambiar a finales de 2022, cuando una enorme ola de despidos afectó al sector tecnológico. De repente, decenas de miles de programadores, jefes de producto y especialistas en marketing se quedaron sin trabajo. Algunos de sus CEO se esforzaron por disculparse por haber contratado en exceso y elogiaron a los empleados despedidos como grandes trabajadores. Eso animó a la gente a utilizar el hashtag #opentowork para anunciar que habían perdido su trabajo. El verano pasado, cuando hablé con reclutadores de empresas sobre esta tendencia, la mayoría me respondió que ya no les preocupaba ver que un candidato había sido despedido. Habían comprendido que eso no ponía automáticamente en duda el rendimiento de alguien.

Ahora, los empleados de Meta lo están llevando al siguiente nivel. La oleada de rebeldía comenzó el año pasado, cuando varias personas publicaron vídeos suyos en TikTok al recibir la noticia de su despido. El más viral fue el de Brittany Pietsch, una empleada de Cloudflare que no paraba de pedir a la persona de Recursos Humanos pruebas de su supuesto bajo rendimiento. Los vídeos eran incómodos, pero me gustó ver a estos jóvenes contar su versión de la historia. Del mismo modo, la nueva ola de mensajes #opentowork está permitiendo a los empleados de Meta reafirmar su valor en el mercado, utilizando las redes sociales, lo mismo que Zuckerberg ayudó a impulsar, para contrarrestar la narrativa que está contando sobre los despidos. «Aunque no podemos hacer nada para evitar que nos despidan —publicó en LinkedIn un responsable de investigación de Meta—, no nos quedamos de brazos cruzados».

La pregunta es: ¿enfrentarte a tu antiguo jefe perjudicará tus posibilidades de conseguir un nuevo empleo? El consejo habitual para los trabajadores despedidos es que eviten hacer comentarios negativos sobre sus antiguos jefes, tanto en las redes sociales como en las entrevistas de trabajo. Ashley Herd, antigua jefa de Recursos Humanos y fundadora de una empresa de formación de directivos, reconoce que decir lo que se piensa puede desanimar a algunos posibles empleadores. Pero ser rechazado por ellos, añade, puede no ser malo.

«Los buenos empleadores buscan personas que sean buenas comunicadoras, capaces de defenderse a sí mismas, igual que lo harían en su puesto dentro de la organización», afirma Herd. «Los que hablan claro pueden encontrarse, siendo realistas, con un grupo más pequeño de posibles empleadores, pero será un grupo que realmente se alinee con sus valores y apoye el éxito profesional y la felicidad a largo plazo».

Sandra Sucher, profesora de Harvard Business School que estudia los despidos, está de acuerdo en que es bueno que los empleados se defiendan. «No creo que sea un error», señala. «En cuanto el director general de mi empresa afirma: ‘Voy a despedir a gente porque no son buenos en su trabajo’, la gente razonable va a decir: ‘¿Lo acepto o intento cambiar la narrativa?'».

Si ese es su objetivo, parece que los empleados de Meta lo están consiguiendo. La gente ha empezado a cuestionar la etiqueta de bajo rendimiento que Zuckerberg ha estado lanzando. Cuando los despedidos empiecen a enviar sus currículums, es probable que los reclutadores se hayan enterado de que la purga incluyó a muchos empleados con excelentes evaluaciones de rendimiento. Además, los posts desafiantes están demostrando ser una buena forma de iniciar una búsqueda de empleo: muchos de los comentarios en LinkedIn están llenos de muestras de apoyo de excompañeros y ofertas de trabajo de desconocidos. Esto, irónicamente, siempre fue el poder de las redes sociales, tal como las defendió Zuckerberg: la promesa de «conectar a la gente» y «crear comunidad». Cuando se trata de hacer realidad los eslóganes de la empresa, los antiguos empleados de Meta han demostrado su gran rendimiento.

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