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Asuntos de dinero

3 cosas que iban a arruinar mis finanzas y me han salvado la Navidad

La Navidad es uno de esos momentos del año en los que tu presupuesto personal pasa LA prueba de fuego: asume los gastos navideños y se tiene que ver igual o más reforzado para la cuesta de enero que el año anterior. No sé vuestro presupuesto, pero el mío suele aprobar por los pelos.

Este año, además, he tenido que asumir gastos que estaban fuera de mi planificación (o que simplemente no había calculado con exactitud). Y eso me ha llevado a ser un poquito más ingeniosa con las compras de Navidad, pero siempre procurando no poner en peligro mi estabilidad financiera.

Para mi sorpresa, he recurrido a herramientas que siempre me han parecido un poco riesgosas a la hora de ordenar los gastos del día a día. Ahora bien, antes me he asegurado de que todos los números cuadran y que mi planificación es más sólida de cara a 2024.

Estas son las tres cosas que pensé que iban a arruinar mis finanzas y que realmente me han salvado los regalos de Navidad.

Pagos aplazados

Comprar ahora y pagar después. La moda del buy now, pay later puede ser muy peligrosa para tus finanzas si no la planificas con suficiente antelación.

El truco está en incluir en tu presupuesto los gastos navideños y ahorrar por adelantado ese dinero o «repartirlo» en varios meses. Aplazas el pago (sin intereses) y lo asumes en diferentes meses para no poner en riesgo tu bienestar financiero.

Lo que yo hice fue calcular, en total, cuánto me quería gastar estas Navidades en regalos. De paso, pensé cada uno de los presentes por adelanto y ajusté mi presupuesto. Calculé cuánto me costaría realizar ese desembolso durante tres meses y qué tal encajaba con el resto de mis gastos (teniendo en cuenta que voy a viajar en Navidad, tuve que sumar más gastos de la cuenta).

Tarjeta de crédito

Para los regalos de última hora o los que estaban de oferta, aproveché la tarjeta de crédito.

Antes de sumarlo a mi factura de final de mes, fui a mi presupuesto y comprobé que tenía ese dinero en ese momento. Simplemente no quería gastarlo por si me ocurría alguna emergencia que podía asumir con mi cuenta corriente sin tocar mi cuenta de ahorros.

Si no tienes este nivel de planificación, ningún asesor financiero te recomendaría esto. Menos aún si tu tarjeta de crédito puede convertirse en una tarjeta revolving o tiene un tipo de interés muy elevado por impago.

Adelantos de sueldo (o de ahorros)

Para ajustar la planificación y no cargar más de la cuenta mi tarjeta de crédito, ese mismo mes en el que adelanté muchas de mis compras navideñas, me hice un adelanto de sueldo de una cantidad de dinero muy reducida —lo justo y necesario para no afectar el presupuesto del mes—.

Así, adelantaba los pagos y evitaba recargar la factura de mi tarjeta a final de mes o aplazar más gastos de los que ya tenía contemplados.

¿Por qué no utilizar el dinero que me quedaba en la cuenta de ahorro o tirar del fondo de emergencia? Era mi segunda opción, pero sacar el dinero de mi colchón financiero me parece más riesgoso que adelantarme una cantidad de dinero pequeña. Reponer el dinero en la cuenta de ahorro se me puede olvidar o me puede llevar a sacar más dinero del que realmente necesito.

Kamila Barca