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Con «memes» y frases pegadizas: así ha hurtado Kamala Harris la corona del branding a Donald Trump

Donald Trump ha tenido siempre una facilidad absolutamente pasmosa para acuñar frases que siguen resonando en los oídos de la gente mucho tiempo después de haber sido pronunciadas por primera vez. Y esa capacidad para descolgarse con frases tan pegadizas como memorables le ha ayudado a cimentar en buena medida su marca personal. Particularmente legendaria es, por ejemplo, la frase («You’re fired») con la que expresidente de Estados Unidos mandaba a casa a los concursantes que tenían a bien participar en el programa de televisión The Apprentice. Sin embargo, en el debate televisivo que Donald Trump y Kamala Harris protagonizaron el martes en la televisión, fue ella y no él, tan versado en tetras marketeras de toda clase y condición, la que dio una auténtica lección desde el punto de vista del branding.

Aunque Trump tiene mucha más experiencia que su oponente en las urnas el próximo 5 de noviembre en el arte (a veces innoble) del marketing, Harris demostró en el debate presidencial que su marca personal, mucho menos curtida pero también más fresca, no le tiene nada que envidiar a la del expresidente. La demócrata se ha inspirado, de hecho, en el branding de su rival para afianzar su propia marca personal (y ridiculizar también de paso al candidato del Partido Republicano), según explica Joe Berkowitz en Fast Company.

Kamala Harris, que se mostró muy calmada el martes durante su duelo televisado con Trump y cuyo branding ha estado fuertemente apalancado hasta ahora en los «memes» diseminados con fruición por sus acólitos en las redes sociales, se descolgó durante el debate con frases muy pegadizas, al más puro estilo de su rival, que ornó (claramente con ánimo de mofa) con el apellido de su rival, cuya afición a poner su nombre a casi todo es pública y notoria desde hace años.

Al inicio del debate la candidata demócrata a la presidencia de Estados Unidos se refirió a la obsesión de su rival con los aranceles como a una suerte de «impuesto sobre las ventas». Y cuando más tarde volvió a hacer referencia a esta expresión tuvo a bien añadirle el apellido de su rival: «impuesto sobre las ventas de Trump» («Trump’s Sales Tax»). Esta frase se hizo rápidamente viral en las redes sociales, lo cual da cuenta de la maestría de Harris a la hora de acuñar lemas (como también ha hecho en innumerables ocasiones su oponente).

Kamala Harris o cómo utilizar el apellido de su rival para descalificar las políticas de Trump

No es la primera vez por cierto que la vicepresidenta de Estados Unidos utiliza el nombre del que será su contrincante en las urnas el próximo mes de noviembre para descalificar las políticas de Trump. En 2022 la demócrata ya se refirió a las leyes contra el aborto que se aprobaron en varios estados republicanos como las «prohibiciones del aborto de Trump».

Por otra parte, Kamala se apoyó el pasado martes en una retórica fuertemente evocadora y positiva para referirse al que será su mandato si llega a la Casa Blanca, lo cual contrastó vivamente con las palabras mucho más agresivas y adustas de su rival. Mientras Harris habló de «levantar el ánimo de la gente», Trump insistió en «derribar a golpes» a sus enemigos.

Harris fue también mucho más hábil que Trump a la hora de responder a las réplicas de su oponente. Cuando la vicepresidenta exponía sus argumentos, Trump, presa en algunos momentos de una notable agitación, optaba por mirar directamente a la cámara y evitar que su mirada se cruzara con la de Harris. En cambio, durante el turno del expresidente, Harris trató de mirar en todo momento de frente a su contrincante y no dudó en agasajarle con toda una plétora de sonrisas y gestos de incredulidad que son también susceptibles de convertirse en «memes» en las redes sociales, algo en lo que la candidata demócrata es ya toda una maestra con la inestimable ayuda de sus votantes de la Generación Z.

Hace poco más de un mes la marca Kamala Harris parecía endeble comparada con la su rival en las urnas, cuya imagen salió además reforzada tras salir ileso de un atentado terrorista durante un mitin celebrado el pasado mes de julio, pero la vicepresidenta ha cogido carrerilla e, inspirándose en argucias marketeras patentadas por el propio Trump, está demostrando que su estrategia de marketing es tan sólida como poderosa.

Esther Lastra