Me estafaron casi 300.000 dólares y me vi obligado a abandonar mis planes para mi jubilación
El año pasado, empecé a buscar formas de sacar más dinero de mis ahorros para la jubilación. Tengo 70 años y mi mujer, también jubilada, 68. Nos preocupaba no tener suficiente dinero para vivir. Y nos inquietaba no disponer de suficientes ahorros para soportar la inflación al alza. También queríamos tener algo que dejar a nuestros cuatro nietos, dos de los cuales tienen necesidades especiales.
Investigué opciones de inversión en internet y finalmente me puse en contacto con un amigo. Él me puso en contacto con una empresa en la que estaba invirtiendo. Investigué la empresa por internet y todo parecía normal. Incluso hablé con un asesor financiero profesional vinculado a la empresa.
Aun así, fui prudente. Abrí una cuenta con solo 250 dólares. Después, transferí 10.000 dólares. Cuando esa inversión empezó a crecer, quise apostarlo todo. Retiré 100 dólares de la cuenta para asegurarme de que era legítima. Una vez procesada la retirada, transferí todo mi dinero: 256.470 dólares.
Las cosas empezaron a ponerse raras
Después de eso, las cosas empezaron a ponerse extrañas. La supuesta empresa de inversiones me pidió que contratara una línea de crédito. Me animaron a invertir en bitcoins y empezaron a cobrarme comisiones exorbitantes.
Un día, recibí un correo electrónico, supuestamente de una blockchain, la cartera digital donde la gente guarda bitcoin y otras criptodivisas. Al fijarme bien, me di cuenta de que un dígito del correo electrónico no era correcto: era una estafa que pretendía hacerse pasar por una comunicación oficial de blockchain.
Fue entonces cuando me di cuenta de que algo iba muy mal.
Confié en el gran banco que utilizaban los estafadores
Aun así, la supuesta empresa de inversiones me llamó para pedirme más dinero. Conseguí mi propio abogado, que buscó representación legal para la empresa. Este no pudo encontrar a ningún abogado autorizado con el nombre que me habían dado. A continuación, contraté a un investigador privado. Localizó a un estafador en Bulgaria y a otro en Estados Unidos.
Mi abogado se dio cuenta de que habían enviado la mayor parte de mis fondos a una cuenta del Bank of America. Como inmigrante, confiaba ciegamente en Bank of America. Nunca habría transferido dinero a un banco pequeño o a una entidad internacional, pero, si no puedes confiar en Bank of America, ¿en quién puedes hacerlo?
Por desgracia, creo que Bank of America me falló estrepitosamente. Incluso después de que mi abogado les alertara de lo que estaba ocurriendo, cobraron un cheque que yo había extendido a los estafadores. Hicieron caso omiso de las peticiones de mi banco para que investigaran el fraude y, después de tres peticiones, mi banco se dio por vencido.
En tres meses, pasé de tener unos buenos ahorros para la jubilación a tener 20.000 dólares en el banco. Con los honorarios del abogado y el investigador privado, perdí casi 300.000 dólares.
Las personas mayores, como yo, necesitan ayuda para protegerse
Toda esta debacle no es culpa de nadie más que mía. La cosa es que soy un tipo inteligente. Dirigí una gran empresa durante 30 años. Se me da bien investigar a la gente, o al menos eso creía.
Lo que me frustra es que la falta de supervisión gubernamental permita que prosperen estafas como esta. Me puse en contacto con la policía local y me dijeron que investigarían. No tuve noticias, así que volví a llamar. Me dijeron que tenían 600 casos como este y solo tres investigadores. Cuando oí eso, supe que las posibilidades de que se resolviera mi caso eran escasas o directamente nulas.
La gente siempre me pregunta qué consejo daría a otras personas mayores, pero creo que es una pregunta equivocada. Los estafadores siempre existirán, y las personas, especialmente las mayores, siempre serán vulnerables. Tenemos que poder confiar en que el Gobierno y las grandes instituciones como Bank of America pongan fin a este fraude. Creo que no lo hacen porque ganan dinero en intereses y comisiones con estas cuentas fraudulentas.
Mi plan de jubilación ha cambiado por completo
He empezado de cero muchas veces en mi vida. Emigré de la República Checa a Nueva York en 1989 y más tarde me trasladé de Nueva York a Texas. Pero es difícil volver a empezar a los 70 años. He estado enviando mi currículum y buscando trabajo como consultor, pero no he conseguido ninguna oferta.
Tengo suerte de tener una casa, coches pagados y algo de dinero en el banco. He abandonado mi sueño de ayudar a mis nietos o de viajar cuando me jubile. Solo espero que mi mujer y yo tengamos suficiente para vivir.
En una declaración a Business Insider, Bank of America ha declarado lo siguiente: «No queremos que los clientes de ningún banco sean víctimas de estafas. Intentamos trabajar con las víctimas y sus bancos para devolver los fondos cuando es factible, pero, por desgracia, esto no siempre es posible. Animamos a los clientes a que actúen con la diligencia debida para asegurarse de que están transfiriendo fondos a empresas legítimas».
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