A las puertas de saber quiénes son los ganadores del gordo de la lotería de Navidad de 2023, muchas personas ya están pensando en qué harían si les tocará semejante cantidad de dinero. Con los premios de lotería pueden hacerse muchas cosas: tapar agujeros, solventar la hipoteca, invertir en acciones o incluso dejar de trabajar para siempre… pero son muchos los que se arruinan.
De hecho, existen estadísticas al respecto: según un estudio publicado hace unos años por la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), el 70% de los ganadores de algún sorteo de lotería terminan arruinados en tan solo 5 años.
El sueño de retirarse a una isla tropical o abandonar los días de madrugones y oficina acaba siendo un mar de deudas que ahoga a los presuntamente afortunados. Hay varias razones detrás de este fenómeno: desde la incapacidad de gestionar el patrimonio o la falta de conocimientos en materia de finanzas personales.
Según datos de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), la lotería de Navidad es la que más adeptos tiene, con el 70% de participación, seguida del sorteo del Niño, con el 65%. La posibilidad de que te toque el gordo es realmente muy lejana: del 0,00001 (0,001%), o como dicen por ahí, «es más probable que te caiga un rayo». Así de rotunda es la estadística.
El propio estudio de la UOC recalca que no estamos psicológicamente preparados para ganar tanto dinero de golpe: las personas se descolocan y pueden acabar sufriendo problemas de depresión, y en casos extremos, suicidio o tentativa de suicido
«El sujeto pasa a ser expulsado de su mundo para convertirse en un nuevo rico, se siente mal, no se reconoce a sí mismo ni sus emociones y sentimientos», asegura Francesc Núñez, profesor de los Estudios de Artes y Humanidades de la UOC. El elevado impacto emocional deriva en una satisfacción y euforia que desencadenan en decisiones ilógicas e irracionales.
Montar negocios que no tienen ninguna viabilidad, despilfarrar en objetos de lujo o tomar decisiones inapropiadas con respecto al patrimonio suelen ser consecuencias comunes de ganar algún premio de azar como la lotería de Navidad.
Además, está demostrado que el dinero, especialmente en estos casos, no da la felicidad: otro estudio de Philip Brickman revela que, un año más tarde, un grupo de ganadores de una lotería no era más feliz que otro grupo de personas que no habían sido agraciadas.
Antes de conocer las historias de los ganadores arruinados de la lotería, si te toca a ti, haz caso de los siguientes consejos: tributa a Hacienda, contacta siempre con un asesor financiero, ve con la prudencia por delante y no te fíes de los bancos ni tampoco de tu familia. Ponerte en manos de expertos y la cautela por bandera te salvarán de la ruina económica.
Estas son las historias de premiados de lotería que lo tuvieron todo, y todo lo perdieron poco después.
Vivian Nicholson: alcoholismo, despilfarro e ictus
El nombre de Vivian es el más famoso cuando se habla de personas mundanas que lo perdieron todo tras ganar un premio de azar. Casada con Keitch Nicholson, eran un matrimonio de clase trabajadora que ganaba unas 7 libras a la semana cada uno, cuenta La Vanguardia. Una quiniela en 1961 les reportó más de 152.000 libras (hoy unos 6 millones de euros).
Viv respondió que lo que haría con tamaña cantidad de dinero sería «gastar, gastar, gastar», e hizo justicia al eslogan con fiestas, consumismo, cadillacs y casas de lujo. Keith murió en 1965 en un accidente de coche, y como el premio estaba a su nombre, Vivian tuvo que declarse en quiebra. Malas inversiones dilapidaron lo que le quedaba de patrimonio en los años siguientes.
Vivian se casó 3 veces, sufrió violencia machista, batalló con el alcohol y la depresión, intentó iniciar una segunda vida en Malta —y fue expulsada por pelearse con un policía—, le intentaron pagar por hacer un show de striptease, yThe Smiths quisieron sacarla en la carátula del single Heaven knows I’m miserable now.
También trabajó en una perfumería e incluso escribió su autobiografía, convertida luego en teatro musical.
El final de su vida estuvo marcado por los problemas económicos y de salud: malvivía con una pensión inferior a 100 euros y hace 5 años un ictus le provocó demencia. Murió en 2021 con 79 años, habiendo olvidado su identidad y los gastos de una vida frenética.
Evelyn Adams, la mujer que ganó la lotería 2 años consecutivos, y desarrolló ludopatía
El caso de Evelyn Adams desafía a las leyes de la probabilidad. Ganó 2 veces un premio de 7 cifras en Nueva Jersey, y en 2 años consecutivos. En total, esta dependienta de una tienda 24 horas recibió 5,3 millones de dólares: 3.9 millones en 1985 y otros 1.4 millones en febrero de 1986.
Como curiosidad, la posibilidad de que esto sucediese era una entre 1664 decenas de billones, unas 176 mil veces el número de estrellas en la Vía Láctea.
Evelyn Adams comenzó a desarrollar ludopatía y a gastar todas sus ganancias en otros juegos de azar. También experimentó paranoia al percibirse observada y reconocida en todas partes, carente de toda privacidad. Prestó mucho dinerro a amigos y conocidos, abandonó su proyecto de estudiar música y abrir una tienda, y acabó en 2012 viviendo en una autocaravana con los bolsillos vacíos.
Años después de fundir su premio en los casinos de Atlantic City, declaró en una entrevista para The New York Post lo siguiente: «Estoy en la ruina y tengo dos trabajos. Mi consejo para cualquier persona que gane un gran premio es que lo primero contacten con su abogado y contable». «No supe decir no», se arrepiente.
Callie Rogers: la dramática cuesta abajo de la ganadora de lotería más joven de Reino Unido
Callie Rogers ganó más de 1,8 millones de libras esterlinas en la lotería británica (unos 2 millones de euros) a la temprana edad de 16 años. Su golpe de suerte devino en desgracia: más de 3 lustros después, toda su fortuna se ha esfumado y recibe el Universal Credit, una ayuda gubernamental para personas de renta baja.
Su vida después del premio estuvo marcada por un accidente automovilístico en el que iba bajo la influencia de estupefacientes, y del que quiso darse a la fuga. Una pelea en un bar de la que salió mal parada con dientes y costillas rotas, y un problema de vista irreversible, fue otro de sus sonados encontronazos con la policía.
En declaraciones a medios locales, Callie confesó que ganar tanto dinero tan joven fue el inicio de la cadena de infortunios que salpicaron su vida. Convertirse en una celebridad local, la presión por compartir su dinero y la falta de protección originaron que de aquella masa de dinero hoy no quede ni un centavo.
Michael Carroll: cocaína, Mercedes Benz y más casas que en el Monopoly
A la tierna edad de 19 años, este barrendero de Norfolk ganó en la lotería 14,4 millones de dólares, una cantridad desorbitada que utilizó para vivir durante algún tiempo como una vieja gloria del rocanrol: alcohol, drogas, fiestas, sexo juergas con amigos fueron su principal inversión.
Michael Carroll quemó su fortuna en un abrir y cerrar de ojos: 2 lujosos Mercedes Benz, 2 BMW, 4 casas en Reino Unido, otra casa vacacional en España y un buen puñado de acciones del Glasgow Rangers fueron algunos de sus gastos. Cometió delitos menores, amenazó a un par de jóvenes con un bate de béisbol —por lo que lo condenaron a 9 meses de cárcel— y lo pillaron con cocaína.
10 años más tarde, en 2012, trabajaba repartiendo carbón, y de aquella lejana fortuna pulida en decisiones irracionales no queda nada. De todos modos, no parece sentirse demasiado arrepentido. “La gente a menudo me dice, ¿qué se siente al haber perdido todo ese dinero? Les digo que no lo perdí… ¡Lo gasté!», apostillaba en una entrevista al diario The Sun.
Shefik Tallmadge, el joven que compró un décimo con el último billete que le quedaba en el bolsillo
A 2 semanas del día de pago, Shefik Tallmadge, de 29 años, usó los últimos 5 dólares que le quedaban en el bolsillo para comprar un boleto de lotería en un Circle K de Yuma, relata el periódico Phoenix New Times. Al día siguiente se enteró de que había ganado el mayor bote de Arizona de su época: 6,7 millones de dólares (6,3 millones de euros).
Eso fue en 1988, pero en 2006 confesaba estar totalmente arruinado, haberse declarado en quiebra y luchar por pagarse la jubilación, ya que ni siquiera pagó un seguro médico.
¿Qué hizo este hombre con su dinero? El día que recibió su cheque, dejó su trabajo de 10,75 dólares la hora en el Yuma Proving Ground, se compró un Porsche 911 Carrera descapotable marrón turrón de 60.000 dólares y se llevó a su madre y a su hermana a dar una vuelta al mundo.
«Cuando consigues el dinero te sientes infalible. Te metes en esa actitud de que nunca se va a acabar. Es una lección difícil de aprender», declaraba al periódico. Vivió con su familia en Florida cerca de la playa, invirtió en 4 gasolineras Shell que lo hundieron en deudas y tuvo que venderlas con impresionantes pérdidas y endeudamiento.
Aunque aquel boleto de lotería fuese en cierto modo, un caramelo envenenado, Tallmadge confiesa que sigue apostando a juegos de azar y que se alegra de haber vivido la experiencias. «Fui muy, muy feliz durante mucho tiempo. Ayudé a mi madre y a mi hermana. Lo bueno superó a lo malo», concluye.
Billie Bob Harrell Jr, 20 meses de angustia y buitres en su iglesia
Billie Bob Harrell Jr padecía una situación financiera de lo más delicada que se revirtió de golpe: hasta la fecha había trabajado como marinero, empleado de una empresa perforadora, vendedor en una tienda de artículos para el hogar y también ejercía labores de pastor pentecostal.
En junio de 1997 ganó 31 millones de dólares, que acordó con la empresa de lotería cobrar durante un cuarto de siglo mediante un cheque anual de 1,24 millones de dólares. Aunque siempre jugaba con números de fechas significativas, el boleto ganador fue una combinación escogida al azar.
Cuando ganó el premio, todo se torció. Primero se resarció de las dificultades económicas quue había tenido para mantener a su esposa y a sus 3 hijos. Compró un rancho, media docena de casas y coches e lujo, y realizó generosos donativos a su iglesia.
Los adeptos a esta comunidad religiosa le empezaron a pedir cada vez más ayuda económica, su esposa se divorció de él —el juzgado le dio a ella la custodia de los hijos y la mitad del premio de lotería— y Billie cayó en una honda depresión. Sus conocidos le pedían tanto dinero que tuvo incluso que cambiar el número de teléfono en varias ocasiones.
El 22 de mayo de 1999, tan solo 20 meses después de convertirse en millonario de sopetón, se suicidió disparándose en el pecho con su escopeta. “Ganar la lotería fue lo peor que me pasó en la vida”, había dicho a su abogado pocos días antes de morir.
William Post, el millonario al que su hermano quiso matar con un sicario
«Más dinero, más problemas», rapeaba Notorius B.I.G, e historias sórdidas como la de William Post le dab la razón: tras ganar 16,2 millones de dólares en la lotería de Pensilvania en 1988, Post fue víctima de la delincuencia, la bancarrota, la tragedia y los malos hábitos financieros.
Solamente 15 días después de recibir el primer pago anual de medio millón de dólares, Post ya se había pulido dos tercios: había comprado un restaurante, un lote de coches usados y un avión. En 3 meses, tenía una deuda de 500.000 dólares.
Según Yahoo News, el hermano de Post fue detenido por contratar a un asesino a sueldo para intentar matarle a él y a su sexta esposa. Además de la contratación del sicario, otros familiares le convencieron para que invirtiera en negocios sin valor y su casera le engañó para que le entregara un tercio de su dinero.
Más tarde, desquiciado y ahogado por las estafas y deudas, disparó a un cobrador, se declaró en quiebra y pasó una temporada en la cárcel. «Todo el mundo sueña con ganar dinero, pero nadie se da cuenta de las pesadillas que surgen ni de los problemas», dijo Post, tal y como recoge el Washington Post.
Este hombre ya había vivido una juventud itinerante y una difícil infancia en un orfanato: contó a los periodistas sobrevivía gracias a una pensión de invalidez y que sólo tenía 2,46 dólares en su cuenta bancaria el día que ganó los millones. Pese a ello, confesó haber sido mucho más feliz cuando estaba arruinado.
Falleció en 2006 por una insuficiencia respiratoria. A los 66 años, dejó atrás a su séptima esposa y 9 hijos de su segundo matrimonio.
Rhoda Toth, la mujer que fingió esclerosis múltiple para no ser juzgada por evasión de impuestos
En 1990 en Florida, Rhoda Toth y su marido Alex ganaron 13 millones de dólares, precisamente en un momento en el que el matrimonio estaba en bancarrota. Decidieron invertir sus ganancias en pagos de 666.000 dólarres por año durante 20 años, hasta 2010.
Sin embargo, los problemas se acumularon: las deudas aparecieron, Alex fue varias veces arrestadoo por plantar marijuana y por emitir cheques sin fondos entre 2002 y 2005. Se vieron obligados a vivir en un pequeño remolque y en la más absoluta pobreza, con un cable conectado al motor de su coche como única fuente de electricidad.
En 2006 los arrestaron acusados de evasión de impuestos. Alex murió esperando al juicio, y Rhoda decidió mentir diciendo que estaba demasiado enferma de esclerosis múltiple. Pronto descubrieron que fingía: la grabaron en secreto, comprobando que no necesitaba muletas y que podía caminar.
Fue sentenciada a dos años de prisión y la multa ascendió a 1,1 millones de dólares.
Estas historias de ganadores de la lotería que acabaron mal son solo algunos ejemplos.
Andrew Whittaker se gastó todo el dinero en locales de estriptis y casinos; Jake Whittacker ganó 215.500.00 euros en 2002 y vivió robos, arrestos, ludopatía y la muerte por sobredosis de una nieta a la que daba 1.500 dólares semanales: y Lara y Roger Griffiths viajaron por todo el mundo, pero rompieron y se arruinaron después de que un incendio quemase su casa en extrañas circunstancias.
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