3 consejos que le daría a mis padres de clase trabajadora ahora que gestiono carteras de inversiones
Como directora de inversiones de Betterment, Mindy Yu ayuda a cientos de personas a invertir de forma inteligente y a hacer crecer su patrimonio. Pero la propia Yu tiene unos orígenes humildes.
Creció en Queens, Nueva York, Estados Unidos, en el seno de una familia de inmigrantes chinos que vivía al día. Su padre trabajaba como manitas, mientras su madre ejercía de costurera en el barrio chino de Manhattan. Pero su madre tuvo que dejar el trabajo porque Yu y sus dos hermanos necesitaban más atención cuando empezaron a ir a la escuela.
«No eran trabajos de oficina con un sueldo fijo. Tengo un hermano y una hermana mayor, así que vimos las dificultades que tenían mi madre y mi padre y lo duro que trabajaron para mantener a nuestra familia», cuenta Yu a Business Insider.
Cuando llegó el momento de ir a la universidad, Yu empezó a explorar distintos sectores, como el comercio de la moda, antes de dedicarse a las finanzas.
«Cuando empecé a entender el poder de la inversión, a comprender cómo el sector financiero puede ayudar a la gente a planificar, ahorrar y pensar en su futuro financiero, se me encendió la bombilla», cuenta.
«Mis experiencias realmente transformaron mi forma de pensar sobre el asesoramiento a los clientes, sobre todo porque no quería que cayeran en las trampas del miedo y no invirtieran correctamente. Es algo que siempre tengo muy presente: aprender de mis errores y asegurarme de que a nuestros clientes no les ocurra lo mismo«.
Estos son los tres consejos financieros que Yu le daría ahora a sus padres:
1. Centrarse en planificar la jubilación
«Estaban tan centrados en nosotros y en ayudarnos a los tres hijos a ir a la universidad, que no se preocupaban por su propia jubilación. No pueden depender sólo de las prestaciones de la Seguridad Social», advierte Yu.
Aunque sus padres no tenían por qué tener acceso a cuentas de jubilación tradicionales, a Yu le hubiera gustado hablar con ellos sobre la importancia de planificar la jubilación en la etapa más temprana de su vida.
«No es muy tarde para empezar y tener ahora esas conversaciones con tus padres. Porque no puedes pedir un préstamo más adelante para mantener el coste de vida y la atención sanitaria que van a necesitar. Van a aumentar año tras año, y eso va a ser una carga», añade.
2. Crear un fondo de emergencia
Un fondo de emergencia equivale como mínimo a entre tres y seis meses de gastos fijos y suele depositarse en una cuenta de ahorro remunerada, para que sea fácil acceder a él en caso de emergencia —por eso no es recomendable guardarlo en depósitos—.
Yu reconoce que sus padres siempre han querido ahorrar para un fondo de emergencia, pero que las circunstancias estaban en contra de su familia.
«Es muy difícil llegar a este país sin hablar inglés, sobre todo para ganarte la vida. Es como si te dejaran en medio de la nada y no pudieras comunicarte, algo que necesitas para intentar sobrevivir y llegar a fin de mes».
La experta recuerda también que su familia conducía un coche viejo cuando era pequeña y que, a veces, ese coche se averiaba en medio de la autopista. Si pudiera volver atrás en el tiempo, le explicaría a sus padres la importancia de tener un fondo de emergencia específico para esos momentos en los que el coche se avería.
3. Invertir cualquier ahorro extra
A Yu le hubiera gustado que sus padres empezaran antes a invertir en bolsa.
«Cuando mis padres intentaban ahorrar y adaptarse a Estados Unidos, no tenían mucho dinero y los servicios de planificación financiera son muy caros. Nadie hablaba contigo si no tenías una cierta cantidad con la que trabajar», cuenta.
La barrera del idioma también dificultó su acceso a conocimientos básicos de finanzas personales —como invertir y planificar la jubilación—, que habrían supuesto una gran diferencia en la vida de la familia.
Además, Yu reconoce que las generaciones mayores de las comunidades asiático-americanas tienden a ser inversores más conservadores.
«Creo que la comunidad siempre se centra en ahorrar dólar por dólar, en vez de centrarse en cómo sería ese dólar si se invirtiera en el mercado. Simplemente no tienen suficientes conocimientos ni motivación para hacerlo».