Los 5 pasos financieros que sigo para prepararme para lo peor
A principios de año, hice un análisis de mis finanzas personales y me di cuenta de que no estaban blindadas a prueba de emergencias. Si tuviera que hacer frente a un desastre natural, otra pandemia, un problema de salud u otra crisis económica, mi bolsillo no lo resistiría. Ahora que soy madre, quiero cambiarlo no solo por mí, sino por mi hijo.
Por eso, mi principal objetivo financiero para 2025 es la planificación de emergencias. Estas son las cinco cosas que estoy haciendo para lidiar con la incertidumbre, poder proteger mi dinero y prepararme para los peores escenarios.
1. Reconstruir mi fondo de emergencia
Al comienzo de mi treintena, trabajé duro para crear un fondo de emergencia desde cero. Quería asegurarme de tener ahorrados entre tres y seis meses de gastos de manutención por si mis ingresos como autónomo cambiaban.
Cuando se produjo la pandemia, muchas de mis oportunidades de trabajo desaparecieron, y empecé a echar mano de ese fondo de emergencia. Hace más de tres años que no repongo ni aumento el dinero de esa cuenta de ahorro de alto rendimiento.
Como mis ingresos varían y pueden verse fácilmente afectados por los acontecimientos mundiales o por mis propios problemas personales de salud, es importante disponer de este colchón en el caso de que mis ingresos disminuyan.
Aunque puede que tarde unos años en reconstruir por completo mi fondo de emergencia, mi objetivo es aportar 500 dólares al mes a esta cuenta para ponerme en marcha de nuevo.
2. Contratar por fin un seguro de vida
Mi marido y yo llevábamos años pensando en contratar un seguro de vida, pero encontrar un plan no dejaba de ser una de las últimas tareas de nuestra lista. Ahora que somos padres, para nosotros es esencial que ambos tengamos un seguro de vida para mantener nuestras finanzas a flote y mantener a nuestra hija si uno de los dos fallece.
Uno de los mayores desacuerdos que tenemos mi marido y yo es qué tipo de seguro de vida contratar. Yo quiero un seguro de vida entera y él un seguro de vida temporal. Nos hemos dado cuenta de que no necesitamos contratar el mismo plan y hemos concertado una cita para hablar con un agente y obtener más información.
3. Aumentar mis fuentes de ingresos pasivos
He sido emprendedora y freelance desde 2016. Gran parte de mis ingresos dependen de cuántas horas a la semana puedo trabajar y cuántos nuevos proyectos o clientes puedo reservar. Pero en los últimos años, he asumido más responsabilidades en el hogar cuidando a mi hija, teniendo que reducir mis horas de trabajo a la mitad.
Si bien es una decisión que tomé y nos ahorra entre 3.000 y 4.000 dólares al mes en gastos de guardería o niñera, también reduce la cantidad de dinero que puedo aportar a nuestros objetivos financieros.
En un esfuerzo por aumentar mis ingresos, he decidido centrarme en ampliar tres flujos de ingresos pasivos. De esta forma, puedo ganar dinero de forma continua sin que la actividad requiera mi atención diaria ni servicios en persona.
Por ejemplo, acabo de lanzar un conjunto de herramientas de AI para escribir discursos y votos para mi negocio de bodas, y otra herramienta derivada para escribir elogios. Estas herramientas solo requieren unas pocas horas al mes de mi tiempo y me reportan unos cuantos miles de dólares al mes en ingresos.
4. Contratar un seguro de invalidez
Como empresaria autónoma desde hace casi 10 años, uno de los mayores riesgos financieros que he corrido es no tener un seguro de invalidez.
Si me pasara algo y no pudiera trabajar por una enfermedad o lesión, este seguro me proporcionaría unos ingresos mensuales.
5. Elaborar un plan de sucesión
Después de ser madre hace dos años, supe que era importante tener un plan de sucesión. Pero mi marido y yo nunca nos pusimos a trabajar en uno con un abogado.
Si uno de los dos fallece, el plan de sucesión protege y lleva a cabo el reparto de bienes sin tener que recurrir a los tribunales, lo que puede ser un proceso largo y costoso.
Si ambos falleciéramos, el plan de sucesión especificaría cómo deben gestionarse nuestros bienes y cómo deben distribuirse a nuestra hija mientras esta sea menor de edad.