Ni alquilar ni vender: así pueden los padres ceder el piso a su hijo gratis
Muchos jóvenes ven cada vez más lejos comprar una casa e independizarse, lo que da lugar a un escenario sin precedentes: el mercado de la vivienda dividirá a los jóvenes que hereden y los que no. El precio disparado dificulta la emancipación junto a los salarios precarios, por lo que es frecuente que los padres presten dinero a sus hijos y así pagar la entrada de un piso o el alquiler. Sin embargo, también existe la posibilidad de hacer una cesión de vivienda a los hijos, una opción interesante cuando los padres tienen segundas propiedades.
¿Cómo ceder una vivienda a un hijo?
La cesión de una vivienda implica dar el derecho de disfrute y uso del inmueble a un familiar, sin necesidad de que tenga que pagar un alquiler. De esta manera, los padres son propietarios de la casa, pero permiten a su hijo vivir en ella gratis, tal y como aclara Fotocasa. Una alternativa es la donación de una vivienda a los hijos, pero en este caso la propiedad sí se traspasa.
Volviendo a la cesión de vivienda, no es obligatorio elaborar un contrato, pero sí es aconsejable para contar ambas partes con garantías legales y prevenir posibles conflictos. Al ceder una vivienda a un hijo con contrato, se conoce como comodato. Se trata de contrato de préstamos a través del que «una de las partes entrega a la otra alguna cosa no fungible para que use de ella por cierto tiempo y se la devuelva», según el Código Civil.
Así, al ceder una vivienda a familiares con contrato, se determina qué uso concreto pueden darle a la vivienda y durante cuánto tiempo. Esto significa que los padres no recuperarán el derecho de uso y disfrute de su casa hasta que termine el contrato de cesión, pero pueden reclamar la vivienda si surge una necesidad urgente.
Otra opción para hacer una cesión de vivienda a los hijos es sin contrato, lo que se conoce como precario. Este tipo de cesión también delega el derecho de uso y disfrute gratis, pero sin garantías legales. La cesión de vivienda precario no fija unas condiciones concretas ni un plazo, ya que se basa en la confianza y en las normas habladas entre familiares.