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Puede que Rusia no inicie una guerra total con la OTAN, pero ya tiene planes para destruirla desde dentro

La era de relativa paz y prosperidad de la que ha disfrutado Occidente desde el final de la Segunda Guerra Mundial puede estar llegando a su fin. En marzo, Donald Tusk, primer ministro de Polonia, afirmó que Europa se encontraba en una época de «preguerra» y que si Rusia derrotaba a Ucrania, podría suponer un problema para la seguridad del continente.

«No quiero asustar a nadie, pero la guerra ya no es un concepto del pasado», dijo Tusk en una entrevista con varios medios de comunicación europeos. «Es real. De hecho, ya empezó hace más de dos años», en referencia a la invasión rusa de Ucrania. Las advertencias de que la guerra en Ucrania podría ser el preludio de un conflicto mucho mayor son cada vez más frecuentes.

Documentos alemanes de planificación militar que se filtraron en enero planteaban un escenario en el que Rusia lanzaba una ofensiva masiva en 2024 para aprovechar el menguante apoyo occidental en Ucrania. Los documentos, obtenidos por Bild, decían que Rusia podría volver su mirada hacia los miembros de la OTAN en Europa del Este y desestabilizar a sus enemigos a través de ciberataques que desataran el caos interno.

A finales del año pasado, la agencia de seguridad nacional de Polonia dijo que Rusia podría lanzar ataques contra países de la OTAN en un plazo de tres años.

El artículo 5 del tratado constitutivo de la OTAN estipula que las naciones de la Alianza deben protegerse mutuamente de los ataques, lo que significa que un ataque ruso contra uno de sus miembros podría desencadenar una guerra en la que participaran varios Estados con armamento nuclear. 

Pero sigue sin estar claro si Putin tiene realmente la intención de atacar a un país de la OTAN, y cómo podría ser un ataque. En marzo, el dirigente ruso dijo que no tiene intención de atacar a ningún miembro de la OTAN y dijo que las afirmaciones que indicaban lo contrario eran «un completo disparate».

Sin embargo, los jefes militares occidentales no están convencidos. Un mes antes, Putin amenazó a la OTAN con la perspectiva de un ataque nuclear por su apoyo a Ucrania. Aludió a una sugerencia del presidente de Francia, Emmanuel Macron, de que la OTAN podría enviar tropas a Ucrania para apoyar su lucha contra Rusia.

Los analistas geopolíticos explican a Business Insider que Rusia se ha visto debilitada por la guerra de Ucrania y no está en condiciones de atacar a un Estado de la OTAN. Pero Putin está jugando a largo plazo, y el resultado de la guerra de Ucrania y su apuesta por desgastar a la OTAN serán factores clave para determinar si Rusia quiere atacar.

Putin está buscando la forma de desgastar a la OTAN

Philip Ingram, exoficial de inteligencia militar del Reino Unido, asegura que Putin tiene una ventaja clave sobre muchos de sus enemigos. Los líderes occidentales elegidos democráticamente suelen hacer planes teniendo en cuenta las elecciones que se celebran aproximadamente cada cuatro años. Putin es un líder autoritario sin serios desafíos a su poder, lo que significa que puede tener una perspectiva de largo plazo.

«No quiere, en este momento, una confrontación directa con la OTAN», dice Ingram. «Pero piensa y planifica de forma distinta a como lo hacemos en Occidente y, por tanto, a como lo hacen los países de la OTAN«.

«Por lo tanto, su ambición no va a ser la de atacar a la OTAN y a los países de la OTAN el año que viene, pero establecerá las condiciones para poder hacerlo», añade. Analistas como Ingram creen que Putin es consciente de que atacar ahora a un miembro de la OTAN tendría un coste muy alto para Rusia. En su lugar, Putin podría tratar de desestabilizar a la organización para crear puntos débiles que pueda atacar en el futuro.

Para ello, es probable que Putin intensifique la llamada «guerra híbrida» de Rusia contra los países de la OTAN. La guerra híbrida «suele desarrollarse en zonas grises, por debajo del umbral de una guerra convencional», según un artículo publicado en el sitio web de la OTAN.

«Los instrumentos o herramientas empleados y fusionados para desencadenar la guerra híbrida son a menudo difíciles de discernir, atribuir y corroborar», subraya el documento. Estas herramientas pueden incluir la difusión de teorías conspirativas y desinformación, el impulso a partidos extremistas en determinados países, el fomento de amenazas terroristas y el lanzamiento de ciberataques para socavar los cimientos de los países de la OTAN.

«Es poco probable que la amenaza que Rusia plantea a la OTAN sea una invasión, es más probable que provenga de una serie de otras amenazas militares y no militares, lo que a menudo se denominan amenazas híbridas«, explica a BI Ruth Deyermond, experta en el ejército ruso del King’s College de Londres.

Uno de los principales objetivos rusos es apartar a Estados Unidos de su compromiso de defender a sus aliados europeos, ya sea esperando que se vea envuelto en otra costosa campaña militar en otro lugar o que se canse de la OTAN. «Por esta razón, espero que Rusia utilice todos los trucos y capacidades en su mano para socavar la unidad occidental en los próximos años», asegura a BI Bryden Spurling, analista de la RAND Corporation.

Una guerra encubierta ya está en marcha

Algunos analistas afirman que Rusia ya está en guerra con la OTAN, aunque de forma encubierta. El viernes pasado, un grupo de hombres en el Reino Unido fueron acusados de llevar a cabo un ataque incendiario contra un negocio vinculado a Ucrania en nombre de la inteligencia rusa. Y en los últimos meses, Rusia también ha sido acusada de interferir en los sistemas de navegación aérea GPS en el norte de Europa y los países bálticos. Ambos son ejemplos de guerra híbrida.

Robert Dover, profesor de seguridad internacional en la Universidad de Hull, afirma que la cuestión ya es redundante. «Rusia ya está inmersa en un conflicto significativo con los países de la OTAN y sus aliados», sostiene. La guerra de Ucrania expuso serios límites al poder militar de la OTAN, ya que la alianza ha tenido serias dificultades para producir suficientes proyectiles de artillería y municiones para Ucrania.

Mientras el Congreso de Estados Unidos paralizaba la concesión de más ayuda militar, los países europeos de la OTAN eran incapaces de compensar el déficit, y las fuerzas ucranianas se han visto significativamente superadas en algunas partes de la línea del frente, que estuvieron a punto de colapsar.

Estados Unidos ha enviado recientemente más ayuda, pero Spurling asegura que la situación ha dejado al descubierto profundos problemas con la OTAN que Rusia podría explotar. «Este conflicto ha puesto de manifiesto lo poco preparados que están los ejércitos occidentales para una guerra que no está en sus términos», argumenta. «Mientras mantengamos esa fragilidad, existe un mayor riesgo de que Rusia piense que puede arriesgar su brazo».

La guerra con Ucrania ha debilitado a Rusia

Pero Rusia también se enfrenta a sus propios problemas. Su ejército se ha visto mermado por la invasión de Ucrania. Según algunas estimaciones estadounidenses, 300.000 soldados han muerto o han resultado heridos, sus reservas de vehículos blindados han quedado diezmadas y sus mandos han tomado sistemáticamente malas decisiones.

«Es difícil imaginar un escenario a corto o medio plazo en el que el Gobierno ruso disponga de los recursos necesarios para emprender otra guerra de una escala similar a la de Ucrania», explica Deyermond a Business Insider.

Un ataque contra un país de la OTAN tendría un coste tan devastador que podría poner en peligro el control de Putin sobre el poder.

«La guerra con la OTAN destruiría a Rusia. Incluso si Putin piensa que Estados Unidos podría no intervenir para defender a un país miembro de la OTAN, tampoco ha dado muestras de querer averiguarlo», añade. Ingram afirma que Putin está decidido a lograr algún tipo de victoria en Ucrania para poder utilizarla como plataforma para planificar la próxima campaña de Rusia.

Después de Ucrania, Putin estudiará el terreno y podría estar dispuesto a aprovechar otras oportunidades para expandir el poder ruso. «Quiere que la Unión Soviética vuelva a estar en manos de un líder ruso, y ese es su objetivo final», sentencia.

Tom Porter, Daniel Alonso Viña